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Naturopatía ¿Pedalear, ayunar y curarse a la vez, es factible?



26 de Octubre 2017


Por la mañana, sobre las 7 nos despertamos a golpe de azada. Un agricultor, probablemente el mismo que origino el pequeño incendio junto a la tienda que nos sobresaltó la noche anterior, trabajaba supervisando con la azada la ineficiente la canalización del agua alrededor de su terreno.

Al sacar mi despeinada cabeza, con los ojos adornados de lagañas de la tienda, tuve la extraña sensación de que las plantas de colores ocres que habían participado en el mágico atardecer del día anterior, amanecían hoy con una apariencia ordinaria. El paisaje que nos había parecido extraordinario, propio de otro planeta ayer al atardecer, se había tornado convencional paisaje convencional agrícola con el amanecer. ¿Era el entorno lo que había cambiado, o eran mis pensamientos?


La tierra desprendía salinidad. Ésta remontaba a la primera capa sobre el suelo, formando a tramos un grueso manto blanco de sal, parecido a la escarcha. En realidad este fenómeno era fruto de la desecación del mar de Aral, a unos 300 km de distancia. La desaparición de sus aguas tiene entre otros efectos la salinización de la tierra en las regiones circundantes. El pobre campesino que trabajaba junto a nuestra tienda, probablemente había ido viendo como sus cosechas eran cada año más improductivas.


Pero el mal humor mañanero va poco a poco desapareciendo, el lugar se revela un lugar estupendo para observar birdos, que es como llamamos a las aves desde que conocimos la curiosa palabra pájaro en la lengua esperanto. Cormoranes, gaviotas, grullas, cornejas cenicientas y urracas vuelan sobre sobre la tienda, siguiendo el curso de un pequeño río que fluye a escasos 200 metros de nosotros.


Tras desayunar, volvemos a la magnifica carretera asfaltada que ayer abandonamos siguiendo un pequeño camino junto a la valla de un cementerio. La carretera M-39 es la columna vertebral de las comunicaciones Uzbekas, une la capital Taskent con Samarcanda, Bujará, Jiva y continua transformada en la M-37 hasta Nukus.


Tras unos 5 kilómetros de pedaleo en dirección a Samarcanda, vemos a un ciclista de alforjas parado en la cuneta. Parece absorto en sus pensamientos y no se percata de nuestra llegada. Sostiene en la mano izquierda una semilla en forma de pelusa que lanza al aire haciendo unas fotos. Tiene una abundante barba blanca propia de la sextena, unas pequeñas gafas y cierto aire despistado.


- Hola buenos días! ¿Qué tal? ¿De donde es usted?

- Francés, y vosotros?

- Alemana y español. Acabamos de empezar a pedalear. Hemos acampado a unos 5 kilómetros.

- Yo también he acampado a 12 kilómetros de aquí. ¿Si os parece bien podemos pedalear juntos?

- ¡Si claro! ¡Perfecto! ¡Perfecto!



Pierre es un tipo delgado, su rostro y sus arrugas dejan entrever una dilatada experiencia, sabiduría y 66 años. Poco a poco en cada pequeña pausa, para beber agua o comer algo, Pierre nos va contando interesantes botones de su vida.


Salió de Francia en Mayo, lleva seis meses pedaleándo. Dejó atrás durante unos meses a su esposa, hijos, nietos y sus terrenos agrícolas. Es agricultor ecológico en Normandía, nos aclara orgulloso. ¡Siempre he cultivado ecológico!, recalca. Desde que era joven se dedica a la agricultura orgánica contraviniendo los deseos de su padre también agricultor. El quería que trabajara de ingeniero, o en algo en lo que estuviera en una oficina y no fuera a la interperie.


Nos cuenta que su padre se enfado muchísimo cuando arrendó su primer terreno para cultivar orgánico:


- ¿Para esto te he pagado los estudios de ingeniero?, me dicía contuinuamente mi padre.


Pero el no quería trabajar en una oficina, el quería tocar la tierra con las manos, llenarse los pies de barro y siempre tuvo claro su deseo de no vivir en un una ciudad o en un piso.


- En el campo por lo menos si te quedas sin trabajo puedes subsistir plantando algo y criando algunas gallinas.En un piso de la ciudad te mueres de hambre y aburrimiento.


Ahora su granja la cultiva su yerno, quien continua con la filosofía ecológica que el abrazó hace 50 año, cuando arrendó y cultivo sin experiencia su primer terreno a partir de los 100 dólares que tenía entonces en sus bolsillos.


También nos cuenta que durante su viaje no paga normalmente por dormir. Y que sus gastos mensuales son tres veces menores que los nuestros, no suele superar los 120 dólares mensuales. En realidad afirma que durante el viaje ahorra más que si estuviera en Francia.


Pierre sigue sorprendiendonos con su filosofía de vida al llegar a un Restaurante. Nosotros hemos pedido varios platos de comida para satisfacer el hambre atroz que tenemos después de pedalear y él permanece sentado contandonos sus historias sin comer nada.



- ¿Pierre no vas a pedir nada para comer? Le pregunto.


Estoy haciendo ayuno para curarme un problema inflamatorio en la pierna. Un pequeño insecto me picó hace una semana, me arrasqué y se me ha inflamado la herida.


- A ver! Déjame ver!


Nos muestra en la parte trasera de la pierna una herida con forma volcanoide algo infectada y unas especies de ganglios colorados endurecidos que se extienden hasta la ingle.


Nos cuenta que la herida es la razón por la que esta ayunando. Nos cuenta que hace muchos años asistió a una conferencia sobre las propiedades curativas del ayuno. Agobiado cuando tenía apenas 20 años por un problema de piedras en el riñón, ayuno durante casi un mes, lo que dice le curo totalmente ante la sorpresa de los médicos que habían diagnosticado que la única solución era operar.


Tras esta experiencia, empezó a leer la poca documentación que se encuentra publicada sobre el tema y en especial la obra de Herbert McGolfin Shelton ¨Fasting Can Save Your Life¨.

Básicamente, nos explica Pierre, durante el ayuno el cuerpo deja de centrar sus fuerzas en la digestión y se convierte en una maquina de quemar y depurar toxinas, de eliminar células viejas o erróneas. Se produce a partir de las primeras veinticuatro horas, una especie de reseteo del cuerpo humano que se ha demostrado eficaz para la cura de muchas enfermedades. El cuerpo se reajusta así mismo, en un mecanismo para el que se encuentra programado evolutivamente. Debido a nuestra forma de vida moderna, sin periodos de ayuno que eran muy habituales antaño, el uso del ayuno ha caído en desuso. Curar mediante ayuno no es una idea suficientemente extendida o investigada por su sencillez y economía. No se puede especular, ni generar un gran negocio farmacéutico con ella. También son muchos los prejuicios culturales y es mucho más cómodo tomarse una pastilla de un compuesto químico que decidirse por ayunar un par de días.


Pierre nos cuenta que desde sus primeras experiencias y sus maravillosos resultados en gripes, infecciones, y otras muchas enfermedades, no han parado de usarlo. En su vida han tomado antibióticos. Una vez llegó a ayunar hasta 40 días para curarse de una ulcera de estómago.

Lo más difícil son las primeras veinticuatro horas, el cuerpo debe aprender a tomar la energía de las reservas y hasta que este mecanismo se activa y suministra toda la energía al cuerpo, puede aparecer síntomas de cansancio cansancio y algo de malestar. Una vez activado el sistema de quema de reservas se puede pedalear con normalidad días sin comer y sin pasar hambre. Lo que no debe faltar nunca es el agua.


Después de pedalear casi 90 km juntos llegamos a un pequeño pueblo con unas 30 casas. Solo la calle principal tiene algo de asfalto. Unas cuarenta personas de todas las edades se concentran en un cruce de calles sin asfaltar junto a dos pequeñas tiendas de comestibles. Compramos algunas verduras para cocinar medio kilo de lentejas que al final nos terminan regalando.


Pierre trata de recargar su tarjeta de internet con nuevo saldo con la ayuda de un pequeño remolino de jóvenes que toquetean su móvil francés. Al final lo consiguen y Pierre puede mandar algunos mensajes a su esposa e hijos en Francia. Mientras tanto se nos acerca un hombre mayor, bien vestido con chaqueta y jersey, boina negra y aspecto algo oriental, algo arábico y pregunta lo típico: ¿De donde sois ? , ¿A donde vais? y ¿Por qué viajais en bici, tenemos un taxi en el pueblo? . ¿Cómo contestar estas preguntas existenciales conociendo solo unas 100 palabras de ruso? Tratamos de responderle con paciencia lo mejor que podemos a sus cuestiones. Ha merecido la pena, el hombre esta encantado por mis explicaciones, se despide y me da la mano con afecto. Poco después todos hablan de nosotros, se escucha susurrar sobre España, Alemania y Francia, mientras todo el pueblo nos observa con curiosidad.


De la puerta de una casa junto a las bicicletas que se apoyar en la pared de la tienda, sale una señora cubierta con un pañuelo de flores en la cabeza, ojos verdes, aspecto eslavo y unos 50 años que nos invita a tomar te y a dormir en su casa.



Pedaleamos con Pierre durante cinco días, durante los cuales no probó bocado. Su herida fue lentamente mejorando. Era sorprendente ver que podía hacer tantos kilómetros como nosotros, sin acusar el hambre y que su herida infectada ni le originaba malestar, ni fatiga.


Pasados tres días desde nuestro encuentro, sufrí unas terribles diarreas y malestar de estómago. Era el momento perfecto para practicar el ayuno. Durante 36 horas no probé bocado, pasado el primer día la infección intestinal desapareció, apenas si tenía hambre y acusaba un poco menos de energía dando pedales aunque aquella jornada completamos más de 70 kilómetros con viento en contra.




Nos separamos de Pierre tras cinco días de buen pedaleo, muchas maravillosas historias y agradable convivencia, para desviarnos hacía un Cañón en el que habíamos escuchado que había algunos petroglifos de la edad del bronce y quizás algunas aves que observar.


Mantuvimos el contacto interesandonos diariamente por su estado. Tras 16 días sin comer y sin parar de pedalear su pierna se había casi recuperado y decidió abandonar su ayunode 16 días, el 11 de Noviembre a las 20:15 horas, antes de afrontar los 900 km de desierto entre Jiva (Uzbequistan) y Aktau (Kazajistan) .


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