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La Ciudad Colonial de Luang Prabang y ´´Free the Bears´´

15-19 Marzo 2017

Llegábamos exhaustos a Luang Prabang después de 6 días pedaleando por duras montañas. Habíamos leído que era una ciudad preciosa, declarada patrimonio de la Humanidad en 1995. Pedaleábamos ansiosos cruzando su periferia. Debíamos estar muy cerca, pero apenas veíamos nada especial.

De repente estábamos atravesando un peculiar y estrecho puente de estructura metálica color rojo y pavimento de madera, por el que solo circulaban motocicletas.

Un túnel del tiempo y el espacio, que nos introdujo en una arquitectura mezcla de exóticos elementos asiáticos y coloniales franceses.

Casas de madera, con ventanas rectangulares y cálidos colores verdes, rojos y celestes invitan a disparar la cámara de fotos en cada esquina de la ciudad.

El cansancio desaparece como por arte de magia. No nos cuesta ningún esfuerzo pedalear recorriendo Lang Prabang con la excusa de encontrar un buen lugar para comer y dormir.

Vemos varios templos dorados resplandecientes en los que monjes novicios, barren y acondicionan los jardines y exteriores, vestidos con llamativas túnicas naranjas.

Pedaleamos por la calle paralela al Mekong, se ofrecen desplazamientos en barcas a diferentes puntos de interés de la ciudad y sus alrededores, pescadores lanzan sus redes al río, mientras algunos occidentales caminan en la otra acera.

Hay bastantes hostales y muchos viajeros con mochila. Nos adelanta un orgulloso joven de rubios cabellos sin casco, conduciendo una vieja honda con una estrella roja pintada en el depósito lleva un gran macuto militar a la espalda.

Se ofrecen por todas partes motos de alquiler, casi todas antiguos modelos de los ochenta con atractivos colores y pegatinas.

Decidimos alejarnos del centro de la ciudad y buscar un lugar más tranquilo. Pero la ciudad nos ha encantado. Nuestros planes son descansar en esta llamativa ciudad mientras gestionamos el visado el visado chino. Habíamos escuchado que era mucho mas fácil de obtener aquí y que daban un visado más largo que en otras ciudades a lo largo de nuestra ruta.

Necesitábamos obtener el máximo de estancia legal posible para poder atravesar el gigante asiático usando solo los pedales. Los dos meses que habían obtenido Will y Ellen, los ciclistas belgas que nos habíamos encontrado en Tailandia serían ideales. En Internet habíamos leído algunos trucos: Nunca decir que se viaja en bici porque no se conceden visados chinos a ciclistas, y adjuntar un documento con los lugares que se van a visitar incluyendo las reservas de hoteles y vuelos de entrada y salida en el país. Todo este trabajo para anularlo después de obtenido el visado.

Lo habíamos preparado todo minuciosamente, pero entramos en el imponente edificio del consulado chino con el pie izquierdo. Llegamos demasiado temprano, incomodando ya de entrada incluso al vigilante, todavía faltaban 10 minutos para las 9 y la funcionaria trabajaba frente a su ordenador aparentemente muy atareada. Parecía ignorar nuestra presencia, tras varios ´´hello, hello...´´, de repente se levantó con bastante mala cara hablando en inglés muy rápido, muy fluido pero indescifrable. La pronunciación china del inglés es conocida por ser muy difícil de entender. A la administrativa le empezaban a saltar chispas especialmente con Marleen, le explicó con insistencia que necesitábamos dos meses de visado. Esto era totalmente imposible contesto ella. Comprobó meticulosamente la documentación. Faltaban las dos fotos, regresó a su ordenador y no volvió a dirigirnos la palabra…

Teníamos que esperar cinco días hasta la resolución del visado. Así que el día siguiente cogimos nuestras bicis y nos fuimos a las cascadas de Tat Kuang Si a unos 30 km. De camino a las cascadas se pasa por el centro de acogida de osos, ´´Bear rescue Center´´ que gestiona la ONG ´´Free the Bears´´. Un recinto vallado y correctamente acondicionado en el que viven 38 osos rescatados de las manos de cazadores, traficantes de animales, granjas ilegales de medicina china o particulares.

Sorprendentemente posteriormente coincidimos con algunos viajeros que nos manifestaron que les había incomodado mucho el hecho de tener que pasar junto a este centro de acogida y rescate de osos de camino a darse un baño en las cascadas. Además consideraban innecesario tener que ver osos encerrados y tener que pagar por ello. Sería mejor que los pusieran en libertad nos decían.

Tuvimos suerte pudimos contrastar y conversar sobre estas criticas con el responsable de la ONG ´´Free the Bears´´ en Laos y Camboya, Mattiew Hunt con el que habíamos coincidido durante nuestra estancia en el Parque Nacional Khao Yai en Tailandia. Es también director del centro objeto de polémica junto a las cascadas que anualmente visitan miles de turistas. Matt nos explicó que los osos del centro, han sido confiscados por el gobierno de Laos ha cazadores, traficantes o granjas ilegales o personas particulares. Que han vivido la mayor parte de su vida en cautividad y sería incapaces de desvolverse solos en la naturaleza.

Por ejemplo los osos utilizados en granjas destinadas a productos de medicina china, son encerrados en jaulas tan pequeñas que no se pueden mover, de este modo son entubados a través del abdomen directamente a la vesícula biliar para extraer la bilis, con la que se hacen pastillas que mejoran la vista y limpiar toxinas. Estos osos no podrían sobrevivir en libertad en la naturaleza. Antes de existir el centro el gobierno no sabía donde poner los osos y simplemente eran eliminados.

Del precio de la entrada que se cobra a la entrada de las cascadas, dos euros y medio por persona, ´´Free the Bears´´ no obtiene nada, si bien la ubicación estratégica junto a las cascadas que les ha dado la Administración de Laos, les permite informar a turistas extranjeros y autóctonos sobre su trabajo y recibir algunas donaciones e ingresos a través de la venta de camisetas.

Nos explico además que están construyendo un nuevo centro con mas espacio, por que el número de confiscaciones no para de crecer y el centro se ha quedado muy pequeño. El aumento del poder adquisitivo de los países del entorno, China, Tailandia, Vietnam... ha disparado las demandas de medicina china. Los gobiernos de la zona están aumentando medios y esfuerzos por desmantelarlas, y encerrar a sus responsables, por lo que se prevé el aumento de intervenciones próximamente. Cada oso del centro ha dejado atrás una historia mas o menos triste y dura detrás de él. Los últimos huéspedes acogidos son dos pequeños ositos de dos meses, que fueron confiscados a un particular que dijo haberlos encontrado en el bosque, la policía los tuvo en su comisaria un mes porque no sabían de la existencia de un centro especializado. Un mes después un funcionario del ministerio de agricultura y medioambiente de Laos, tuvo conocimiento de los hechos recogió los osos y se los entregó a Matt que los acogió en el centro.

Gracias a Matt hemos conocido el interesante trabajo de ´´Free the Bears´´ en Laos y en general repasado la situación medioambiental general del país. En el que una larga tradición de caza, que es un complemento necesario de la dieta en las zonas mas pobres del país, supone una presión enorme para la fauna salvaje. De hecho es en Laos fue donde primero se usó la definición medioambiental´´empty forest sindrome´´, síntoma de bosque vacío. Usado para definir el fenómeno que ocurre en habitats con una flora intacta y una fauna prácticamente desaparecida.

La técnica agrícola de ´´Burn y slash´´la quema de grandes extensiones de jungla para su posterior cultivo, las cenizas suponen un generoso fertilizante a corto plazo. Las numerosas plantaciones de plátanos y otros productos en los que se usan abundantes pesticidas y fertilizantes de dudosos estándares. Las grandes obras de ingeniería, como las más de 50 presas que se encuentran en fases de proyecto y desarrollo en el país bajo la tutela del gigante chino.

En cuanto a las críticas que hemos escuchado respecto al centro, pensamos que son totalmente infundadas. Aunque sería necesario incrementar los esfuerzos para informar a los turistas que visitan las cascadas y de paso el centro, del magnifico trabajo que ´´Free the Bears´´ está haciendo en Laos.

Habíamos oído sobre la existencia de algunas rutas de escalada cerca de la ciudad, así que decidí ir a buscarlas en nuestro tercer día de descanso, esta vez sin Marleen que prefería una visita urbana en compañía de una amiga también cicloviajera, Helen con la que nos habíamos encontrado por tercera vez a lo largo de nuestra ruta. Así que convencí a su novio Victor para que me acompañara en las tareas de exploración. Después de pedalear 25 km en dirección norte y tomar una barca con la que remontamos los ríos Mekong y Ou encontramos unas maravillosas paredes ligeramente desplomadas y junto a las que nos dejó el barquero. Más de dos horas buscando entre la jungla, al final tuvimos que usar la cuerda rapelando para bajar a la orilla. Regresamos a la barca llenos de arañazos y varias picaduras de insectos.

La noche anterior a la supuesta recogida del Visado chino soñe que cuando llegamos al consulado Chino, nos hacían esperar unos sospechosos minutos y eramos detenidos por dos policías de la embajada con enormes gorras, acusados de falsear la documentación para obtener el visado.

A la mañana siguiente entré bastante nervioso en el consulado. Observaba posibles movimientos extraños del vigilante o de la funcionaria, no me quede tranquilo hasta que nos devolvieron los pasaportes y abandonamos el edificio.

Habíamos recibido solo 30 días de visado. Como íbamos a atravesar el gigante asiático en tan poco tiempo. Rumiendo esta idea nos pusimos a pedalear en dirección Vientan, la capital de Laos.


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